lunes, 30 de noviembre de 2020

Sri Aurobindo Guia del Yoga Integral

 

El yoga de Sri Aurobindo es, según sus propias palabras, «tanto de éste como del otro mundo, sin exclusión de ninguna de las dos partes»; incluye lo material y lo espiritual, y aspira a la instauración de la Consciencia y el Poder divinos en la vida terrestre. El concepto de evolución es la nota dominante de su filosofía y de su yoga. Según Sri Aurobindo la consciencia es el fundamento y el origen de la creación. La evolución es, por lo tanto, «la evolución de la consciencia en la Materia en una constante autoformación que se va desarrollando hasta que la forma pueda revelar el Espíritu escondido en su seno». Materia, Vida, Mente, Supermente y, Existencia-Consciencia-Fuerza-Felicidad, son las grandes fases de la evolución en su ascenso del Inconsciente al Superconsciente.

Sri Aurobindo nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872, a la edad de 7 años, fue enviado a Inglaterra, donde pasó los siguientes años de su vida. Después de haber adquirido los títulos necesarios regresó a su país y entró, en 1893, en el servicio administrativo del principado de Baroda. Aparte de su trabajo administrativo, fue nombrado profesor de francés del colegio de Baroda, y, posteriormente, de inglés. En este periodo aprendió el sánscrito y otras lenguas indias. Seguía al mismo tiempo con interés los acontecimientos políticos de la India. Con motivo de la división de Bengala, en 1905, abandonó Baroda y empezó a participar abiertamente en política. Fue uno de los grandes líderes del movimiento nacionalista de Bengala. Detenido a causa de su actividad política, en 1908 fue encarcelado durante un año en la prisión de Alipore. Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida, dedicándose casi de lleno en la meditación. Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Después de cuatro años de yoga en el silencio, fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas, de los Upanishads y de la Gitá y del espíritu y de la significación de la cultura india. El 5 de diciembre de 1950, Sri Aurobindo abandonó su cuerpo físico.



 

YOGA Y ENSEÑANZA

La mayoría de los métodos de yoga conducen al Más Allá, al Espíritu, y finalmente, fuera de la vida. El de Sri Aurobindo, en cambio, se eleva hacia el Espíritu para descender de nuevo enriquecido y volver a traer a la vida, la luz, el poder y la beatitud del Espíritu, que la transformaran.

La mente es la etapa más elevada alcanzada hasta ahora en la evolución; pero no es la más elevada que pueda alcanzarse. Por encima de ésta se encuentra la Supermente o Consciencia de Verdad eterna que es esencialmente la luz y el poder del Conocimiento divino La mente es una ignorancia que busca la Verdad; la Supermente es un Conocimiento que existe en sí mismo y que manifiesta armoniosamente el juego de sus formas y de sus fuerzas.

 

ESTUDIO SOBRE EL YOGA DE SRIAUROBINDO

        Sri Aurobindo no predica la huida de la vida y un retiro en un infinito pasivo y silencioso; el objetivo de la vida, según él, no es la extinción de la vida.

        La sadhana de Sri Aurobindo parte de la percepción de un poder situado más allá de la naturaleza ordinaria y que es, sin embargo, su amo ineluctable, de un punto de apoyo, como hemos dicho, fuera de la Tierra. El primer requisito es el descubrimiento y la manifestación de una nueva consciencia que, en virtud de su misma presión y de la consumación de su propia ley, producirá una transformación absoluta de la naturaleza del hombre.

    Consideraron que su yoga era un yoga moderno, dedicado al servicio de la humanidad, y que, si este servicio no constituía toda la suma, toda la sustancia de su espiritualidad, era por lo menos su fin tangible y su consumación. Pensaron que era una especie de arte destinado a explorar y controlar ciertos poderes invisibles que mejorarían la vida humana mediante un sistema que sería más eficaz que los simples métodos racionales o científicos. Sri Aurobindo se percató de que la esencia misma de sus enseñanzas resultaba falseada con esta interpretación superficial de sus palabras. Por esto cambió su fórmula original y dijo: «Nuestro yoga no es para la humanidad, sino para el Divino». Este cambio, este aparente giro radical, no fue bien acogido por ciertos ambientes que, creyendo tener que abandonar la esperanza de verlo volver a trabajar para su país y para el mundo, volvieron a considerarlo, irremediablemente, un metafísico soñador, alejado del mundo y tan estéril como el Absoluto (Brahmán) Inmutable.

    Para acercarnos mejor al ideal de Sri Aurobindo, con- viene reunir las dos fórmulas y decir que su misión es la de descubrir y expresar al Divino en la humanidad. El servicio que quiere rendir a la humanidad es el de hacer que el Divino se manifieste y se encarne en la humanidad misma. Su objetivo no es lograr únicamente una mejora, sino un cambio radical, una transformación completa: Divinizar la vida humana.

    Respecto a la posibilidad de una tal consumación -y Sri Aurobindo dice que no sólo es posible, sino inevitable-, no debemos perder de vista el hecho de que la fuerza que ejecutará este cambio, y que ya está en acción, no es un poder humano individual, sino el Divino mismo; es la misma Shakti del Divino lo que está en acción para la con- secución de este objetivo predeterminado.

    Éste es el corazón del misterio, la llave maestra del problema. La aparición de una especie suprahumana o divina -por prodigioso o milagroso que pueda parecer el fe- nómeno- puede tornarse una cosa de actualidad práctica, precisamente porque no es el instrumento humano que la promueve, sino el Divino mismo, con su Poder, su Sabi- duría y su Amor supremos. El descenso del Divino hasta la naturaleza humana para purificarla, transformarla y prepararla para que sea Su morada, constituye el secreto de la sádhaná del yoga de Sri Aurobindo. El sádhaka debe úni- camente permanecer tranquilo y silencioso, lleno de apa- cible aspiración, abierto, dando su consentimiento recep- tivo a esta única fuerza no es necesario ni ha de tratar de hacer las cosas en virtud de un esfuerzo independiente y personal, sino que ha de hacerlas, o dejarlas hacer, por el Divino Maestro o Guía. Todos los demás yogas o disciplinas espirituales del pasado apuntaban a una ascensión de la consciencia, a su sublimación en la consciencia del Espíritu, a su inmersión y fusión final en Él. Si aspiraban también al descenso de la Consciencia divina, para preparar su incorporación definitiva en la naturaleza humana dinámica y pragmática, éste no era, sin embargo, el tema principal de sus esfuerzos y realizaciones. Además, el des- censo al que se refiere Sri Aurobindo no es el descenso de una consciencia divina, sino de la consciencia del Divino, del Divino mismo con su Shakti, porque es Ella la que actúa directamente para la transformación evolutiva de nuestra época.

    El yoga de Sri Aurobindo prosigue en la línea directa el yoga de la naturaleza. Yoga significa esencialmente un cambio o transformación, una elevación y una ampliación de la consciencia que se efectúan por medio de la comunión, la unión o identificación con una consciencia más alta y más vasta.

    Este proceso de desarrollo de la consciencia en la naturaleza es precisamente lo que denominamos evolución. La primera fase de la evolución es la materia inconciente, la fase de los elementos físicos sin vida. La segunda fase es la vida semiconsciente en la planta, la tercera la vida consciente en el animal y finalmente, la cuarta, en la que estamos nosotros actualmente, es la fase de la vida auto- consciente, encarnada en el hombre. El proceso evolutivo no ha llegado aún a su punto culminante con el hombre. Según Sri Aurobindo, la próxima fase hacia la cual la naturaleza avanza, y por cuya aparición y establecimiento trabaja, es la vida, actualmente supraconsciente para nosotros, encarnada en un tipo toda- vía superior, el de superhombre o de hombredios. El principio de consciencia que determinará la naturaleza y la constitución de este nuevo ser, es un principio espiritual superior al principio mental encarnado por el hombre actualmente: la Supermente o Gnosis.

        El primer contacto con esta suprarrealidad estática tiene lugar a través de los ámbitos más elevados de la mente; una comunión más íntima y directa se establece a través de un plano situado inmediatamente encima de la mente- el plano sobremental, según lo denomina Sri Aurobindo. El sobremental disuelve o sobrepasa la consciencia del ego que limita el ser a su formación individualizada, encerrada en la estrecha estructura o envoltura exterior de la mente, la vida y el cuerpo.

        El secreto de la evolución es, como ya he dicho, un impulso hacia la liberación y la expansión de la consciencia más allá de la inconsciencia aparente. Ésta es en realidad la función misma del yoga: consumar la evolución de la consciencia acelerando el proceso de la naturaleza con la voluntad autoconsciente del hombre.

        Un órgano del ser humano ha sido desarrollado especialmente para que pueda ser el instrumento efectivo de este proceso yóguico acelerado. La consciencia de sí que constituye una característica distintiva del hombre es una facultad de este órgano. Se trata del alma del hombre, de su ser psíquico. En su origen esta alma es una chispa de la consciencia divina que descendió hasta la materia y que desde entonces ha tratado de liberarse a través del proceso ascendente de la evolución; en el hombre ha crecido lo suficiente como para poder salir a la superficie y dirigir y modelar su propia consciencia exterior. Es también el naturaleza con la voluntad autoconsciente del hombre.

        El alma o ser psíquico, según la terminología aurobindiana, está por un lado en contacto directo con el Divino y con la consciencia su- perior, y por otro lado es el fundamento secreto y el censor (bhartá, antaryámin) de la consciencia inferior, el núcleo escondido en torno al cual se construyen y organizan el cuerpo, la mente y la vida del individuo.

    El primer paso decisivo del yoga consiste en adquirir consciencia del ser. Finalmente, cuando el ser psíquico está en plena posesión de sí mismo y de su propio poder, puede convertirse en el vehículo directo de la consciencia supramental que podrá entonces actuar de manera libre y absoluta en la transformación completa de la consciencia exterior, transfigurándola en un cuerpo perfecto de la Verdad-Consciencia, es decir, en su divinización.

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